Me propuso, un empresario, un empleo, temporal, nada demasiado serio.
Por lo visto, le he caído bien, y me propuso otro empleo, este ya si, a largo plazo.
Después de meditarlo, le dije que no. El me dijo que era un cobarde, que tenia miedo ha comprometerme, a los horarios fijos, a sentar la cabeza.
Yo, le e contestado que si, y mas aun, que tenia miedo, a olvidar el compromiso con migo, con lo que aun me debo. Que todavía tienen plumas mis alas, y si puedo volar, voy a volar.
Quizá, lo mas probable, un día esas plumas, ya no estén. Y mis alas, solo sean un recuerdo, de esa pizca de libertad, que un día tuve.
Pienso aprovechar mi vuelo.
Él, no entendió nada. Se frustro, me ofrecía un trabajo fijo, y yo lo rechazaba, aquello no podía ser posible.
Me dijo que ya era hora de madurar, que ya tenia una edad, que tenia que ser responsable, que dejara de soñar, que pisara tierra, que era hora de bajar de las nubes.
Mi momento aun esta en Nunca Jamas, las cadenas se las hace cada uno, el tiene las suyas, su empresa, sus empleados, sus metas, sus sueños de siempre vivir mejor, económicamente. Tiene 26 años y casi ya no tiene pelo.
Yo tengo mis cadenas, y son las que me impiden bajar, las que ven con mala cara, ser un empresario, llenarse la boca, con lo mas trivial del juego, para mi, vivir mejor... No me hace falta, vivo como quiero, por ahora. Quizá mañana, o pasado, o cuando tenga a bien, o mal, cambiar de parecer mi cabeza, bajare al suelo. Ya abra tiempo, y si no lo hay, prefiero vivir como yo quiera, 20 minutos, a pasarme una vida entera, suponiendo que tuviera una condena, de a lo menos 80 años, con grilletes atados, a una corta correa.
nadie hecha de menos trabajar,,,hechan de menos cobrar
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