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lunes, 15 de noviembre de 2010

Le jardin des damnés: Eduardo "Haro ibars"





Sex Fiction

Ballenas perfumadas paseamos cruzamos el hilo de la muerte
Los heridos parecen haber roto sus ataduras
y salimos tranquilos viejos planetas rotos
por paredes de noche hacia el barco que espera

Niños muertos cadáveres de sencilla sonrisa
llueven plomo musitan palabras que son máscaras
Ponen gafas de niebla y de té
para ocultar el deseo que informa nuestras tardes y todas nuestras noches
Hierve el agua en sus teteras intentamos el sexo más nuevo
y dormimos en camas de siempre espacio yerto

Cocodrilo del aire mi viejo amigo el saurio
se oculta en todas las esquinas y sólo exhibe
su sonrisa en los pliegues

Por las calles vigilan enemigos de un tiempo que antes estaba vivo
y los templos dormidos se estremecen en brillos

Ametrallada la noche
se descubre sin horas
y se engarza en los cuerpos

Extraído de Sex Fiction

¿Pero es que alguna vez nos hemos visto?

Llovían rombos creo sobre el monte más viejo

se escuchaban los gritos y los cantos

de los coches más rojos y las tardes más leves

Cuando en cegueras delicadas frías

(pavos de un agua triste o de un cadáver tenso)

creímos encontrarnos en los rabos del tiempo

Yo me inventaba un árbol donde ahorcarme

tú convertías el silencio en salmos

arquitectura helada de pasillos secretos

Y las palabras eran luces blancas

invención de fantasmas y vestigios

¿Pero es que alguna vez hemos estado

juntos en un desierto o en un cuento

en un bar luminoso y sin espectros?

Ahora ya no lo creo

pienso haber caminado como un zombi

por la empinada calle de las copas

(Como ya estamos muertos

los escaparates del espacio

las farolas que suaves aterrizan

no son más que recuerdos de este mundo

al que llamamos nuestro)

¿Pero es que alguna vez nos conocimos?

Las brujas intentaban alaridos/diamantes

para poner sus puntos y sus comas

en nuestro raro diálogo de muertos

Nada que hacer El polvo con el polvo

iba por avenidas de algodón

supongo que hoy reniegas del fantasma

que he sido siempre para ti –yo guardo

en un rincón sin sueños fotografías heladas

relámpagos de fresa en los espacios fríos

Y es que este sol ya no tiene sentido.

Extraído de En rojo.


nota: Haro Ibars (Madrid, 1948-1988)hijo del periodista y ensayista Eduardo Haro Tecglen y la periodista Pilar Ybars Tecglen. Pasó su adolescencia en Tánger donde conoció a personajes como los escritores Paul Bowles, Jane Bowles, W. S. Burroughs y el pintor Francis Bacon.
Al igual que Leopoldo María Panero, durante mucho tiempo su compañero, es uno de los más genuinos representantes de esa generación de jóvenes españoles que, de la aventura de la clandestinidad antifranquista, pasan a la de las primeras experiencias con las drogas. Bisexual (precursor del movimiento gay español) y consumidor abusivo de todo tipo de drogas (alcohol, heroína por vía intravenosa, etc), a mediados de la década de los 80 contrajo el sida, que acabaría provocando su prematura muerte en 1988. Su encarnación de maldito (o "maldecido" como él afirmaba) no empañó su lucidez como uno de los más críticos analistas de la realidad en los distintos medios de comunicación con los que colaboró. Pero su primera vocación siempre fue la poesía.

3 comentarios:

  1. Y las palabras eran luces blancas

    invención de fantasmas y vestigios

    ¿Pero es que alguna vez hemos estado

    juntos en un desierto o en un cuento

    en un bar luminoso y sin espectros?....grande Haro, merçy lautreamont

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  2. ya ve usted, hermano post decadence, que en jardín tan mío sólo descansan aquellos que lo riegan con su propia sangre. Un fuerte abrazo desde "...el Otro lado".

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  3. Soñé que era la hija apócrifa de Lautrèamont.

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