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domingo, 17 de noviembre de 2013

Per-versos Dehesarios (revisited) EPIFANÍAS SOBRE BERNA PÍRIZ


foto: Laura R. Llagostera
por Julián Portillo Barrios
  
 Berna Píriz, Berna Píriz… hoy  me ha tocado hablaros de él. Es domingo por la mañana. Un tímido sol de otoño calienta los cristales del balcón junto al que escribo. De la calle sube un rumor monótono de existencias cercanas, y no puedo dejar de preguntarme, si será posible obviar más de veinte años de amistad ininterrumpida, burlar las barreras de lo subjetivo, escribir sobre Berna sin aludir a los afectos, a los recuerdos de infancia, a las lecturas compartidas al candor de la adolescencia primera. Manuel Pacheco, Miguel Hernández, los del 27’, de cuando en cuando algún novísimo, Pessoa de forma impenitente… y la respuesta, rotundamente, es no.

 Pero claro, yo solito me he metido en este follón sin petición de nadie, y hállome aquí, tratando de salir de él, de la forma en que mi mermada capacidad me lo permita; pues es sabido que para hacer buena prosa hay que quitarse las prisas, y uno no ha aprendido todavía a contener del todo a los hurones que le retuercen los intestinos. A los dovermans de adentro.

 Podría empezar por contarles que la poesía de Berna nace al abrigo del los poetas citados, especialmente de Pacheco, del que ambos tenemos el orgullo y el estigma de ser paisanos, y que después, con los años y los viajes, va engordándose de otros paisajes, de otras lecturas, lejanas a las dehesas y a los simbolismos arquetípicos de nuestra Extremadura, de nuestra Olivenza original.

 En este proceso, el léxico empleado en la poesía de Berna, adquiere un cariz de misticismo, motivado probablemente por su acercamiento a las culturas primitivas mesoamericanas, y a ciertas corrientes teosóficas como la Gnosis o el chamanismo. En esta línea, la temática de sus poemas abarca desde la creación del mundo que recoge “En la oquedad del silencio” -pág. 65- tratado desde cierta óptica astrofísica, que me recuerda en algunos momentos a la poesía científica de David Jou; la ruptura con los conceptos espacio-temporales y los dogmas dimensionales de occidente, en pos de los Principios Herméticos, como reflejan “Dirección a la nada” y “Contemplatio” –págs. 62, 63, y 64-; o la búsqueda incesante de nuevas vías hacia el enriquecimiento interior, hacia una experiencia espiritual que consiga aplacar de alguna forma el nihilismo resultante de la tradición materialista.

 También el sexo adquiere una dimensión considerable en este conjunto de poemas. Pero no el sexo tratado como provocación o exhibición pornográfica, sino desde una perspectiva ritual, como una especie de erótica religiosa al más puro estilo teresiano o sanjuanesco:


“Todas las piedras

inician la humana esencia

Con sus senos de rugosos pezones

Su vagina henchida y suave

¡Piedras! Que brotáis entre paredes

Para convertiros en cuerpos de mujer”1


O:


“Rocas palpitado, clítoris afanosos de sueños…”2


 Pero si hay un poema que aglutine todos los factores mencionados, ese es sin duda el que a continuación les detallaré, para presentarles a este poeta singular, alejado de los círculos y de las pompas literarias, que vive la experiencia de la poesía como una forma de conciliación con el mundo, o como un canal conector para los hallazgos de lo no consciente.

ETERNAL, POEMAS DE LA PLACENTA

Nada guardo si nada me queda

escribir poseo.

A mi alrededor ojos, bocas, piernas

cuerpos a penas cuerpos, finitos, lastrados.

En frente la gran puerta, el templo desenmascarado.

Entre su bajo y la tierra un infinito de luz

revelando un ancho pasillo.

Donde dánzan cuadros, espejos,

corazones de lágrima.

El rumor de un viejo almirez machacando la pimienta

aguarda tras la celosía



¡chas, chas, chas!



La anciana anunciándome a su vientre

gritándome a su vientre.

Desnudo el ángel hacia la luz desnudo,

¡como el rayo veloz!

Desnudo

La anciana gimiendo desde las profundidades

entre el eco desgarrado de la pimienta.



-¡ahhh, ahhh, ahhh!



                        “acércate, acércate, aun en la placenta hay un sitio para ti, acércate,

acércate!

Eres tú al que llamo, acaso ves a otro.

Insectos, árboles, unicornios, ninfas, reptiles alados,

con sus mejores galas esperan.

¿Has de perderte el festín pretérita bacteria?”



El ángel hacia la luz desnudo.

Al abismo abisal descendiendo entre la lava,

explosionando atómica, subatómica, desatómica-mente.



El pasillo asido entre los escalones,

los espejos andando de uno a otro lado,

correteando, sin ver.

Ciegos, sin ser, tal vez muertos, sin intuición, ni aliento.



Lenguas de fuego brotando en las costillas,

derritiendo las lindes de todo cuando me rodea.

Venas, ahora raíces desprendiéndose hacia el subsuelo,

Ultrajando la corteza.

Aún en el fondo del pasillo espera la placenta,

Abierta de piernas,

Desnuda.

El almirez estalla,¡la vieja levita!

 El almirez estalla,¡la vieja levita!

El almirez estalla,¡la vieja levita!



OM OM OM



El ángel hacia la luz desnudo.

El ángel hacia la luz desnudo.

En el pasillo volátiles vórtices descifran soles, galaxias,

constelaciones.

Lámparas revistiendo labios carmín, pupilas.

Rocas palpitando, clítoris afanosos de sueños.



“Acércate, acércate, aun en la placenta hay un sitio para ti, acércate,

¡acércate!

Descompón el laberinto,

Alquimistas de verso y sangre continuaron el viaje,

no desfallezcas, el éxtasis, la gloria, anhelan tu llegada.

No te ahogues, respira, el éxtasis, la gloria.

¡Sí! Todo en mi vientre hallaras,

Sigue viajando,

Posa tu calavera entre los visillos de la pomposa hendidura.

La visión absoluta y demoledora, la fuente inagotable.

¿No tienes sed?

Tú, que vienes del desierto.

Tú que te has arrastrado por un mísero puñado de agua.

Acaso no te muestro el manantial infinito, la sublimación

existencia.

El lirio, la encina, el romero o el cardo nunca quisieron ignorarme.

No pretendieron aniquilar su flor, ni siquiera lo intentaron.



El origen, son preámbulos con todas las artistas.

Ven, posa tu calavera, sin preámbulos, con todas sus aristas.”



Cunas de barro en bamboleo,

macerando el espíritu de todas las células.

Descenso al blanco, escala en el rojo, ascensión al verde,

quietud  en azul.

¡Metamorfosis!

¡oh!,

espesura apareciendo entre bramidos, relincho y baladas córvidas,

¡oh!,

ingravidez material,

orgasmo cósmico, aleteo lírico.

Allá voy vieja,

allá voy.

Sin más remiendos,

ni daga, ni hembra.

Ha embeber en el anciano vientre,

el elixir de la juventud sin límites.

Adentrarme quiero en la oscuridad tan clara de tu esencia.

Descomponerme en ceniza, resurgir a la forma primigenia.

Adoptando la posición exacta en el hueco materno



Al abrigo de la celestial sinfonía,

entonces feto.

Entonces, poema en la placenta.


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  1. De “Ante mí” pág. 60.
  2. De “Eternal, poemas de la placenta” pág. 66.

domingo, 3 de noviembre de 2013

Per-versos Dehesarios (revisited) APUNTES SOBRE RAFA MARCHENA

Foto de L. R. Llagostera.
por Julián Portillo Barrios
http://blogs.hoy.es/aullido/

 Puede que Rafa Marchena (Cáceres 1980) resulte un poeta “amable” entre esta caterva de jóvenes sátiros. En su clara apuesta por los poemas breves, en su mayoría construidos a base de versos cortos de arte menor, concede una lectura ágil y vivaz.
 La recurrente utilización de tropos, como la metonimia o la sinécdoque, así como los juegos de palabras, principalmente el calambur, son dos de los artificios más empleados en la poesía de Rafa:

 “Si tú quisieras
[...]
Sería adoquín
donde romper tus botellas
de media noche” 1

“…o me disfrazaría de paso de cebra
para celebrar tus pasos” 2

 También presenta una clara influencia de la poesía visual, que yo he de confesar, no consigo entender demasiado:

“P®o (bl) ema visual
E” 3

 En la temática de los poemas hay una predominancia de lo amoroso, esgrimido de forma discursiva, en un intento por dirigirse con mayor o menor vehemencia a un hipotético (o real) ser amado. No obstante, también se aprecia un gusto por lo macabro, rayano incluso en el humor negro, que concilia a Rafa con el resto de autores de esta antología. Es en estos versos, donde a mi juicio resulta más certero y desgarrador:

“Sería necesario rellenar
una hoja de reclamaciones.
Vaya carne tan mal servida
dura
y con tanta grasa
¡De dónde carajo
han sacado esto!

Dijo un gusano
sepultado
en alguna tumba.” 4

 Sin embargo el poema elegido para figurar completo en este despropósito de presentación, que presumiblemente, como las anteriores, no será leída por casi nadie (si usted está leyendo estas palabra, por favor, deje constancia de su insólita existencia) es algo distinto. Así que sin entrar en análisis alguno, para evitar mayor dilación, les invito a que se dejan llevar por una sugerencia de Rafa Marchena:

UNA SUGERENCIA

Hagamos esta excursión
al fin del mundo.
Recorreremos la muerte
de los fuertes
con la valentía
de los imbéciles.

No tengas miedo
aprendí a sujetar primaveras.

Respira alto
chista a la vida
por fin
podremos
descansar en paz.
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  1. De “Descarga de quereres” pág. 51.
  2. Idem.
  3. De “Problema visual” pág. 55.
  4. De “Notas reubicadas II” pág. 54.
  5. “Una sugerencia” pág. 56.