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martes, 15 de febrero de 2011

Le jardin des damnés: Fernando Merlo

Porque yo soy poeta / incluso cagando / quiero dar, /
os doy, / un poco de mierda./ La demás para mí.


A mis venas


Estos cauces que ves amoratados
y de amarillo cieno revestidos
eran la flor azul de los sentidos
que hoy descubre sus pétalos ajados

Besos verdes de aguja en todos lados
hieren la trabazón de los tejidos
y denuncian los brazos resentidos
la enigmática piel de los drogados

Las que llevaban vida y alimento
son tibias cobras de veneno breve
blanco caballo con la sien de nieve

Trotando corazón y pensamiento
que por las aguas de la sangre vierte
con rápido caudal la lenta muerte.


***


Diálogo entre Nafa y su asesino


Hay un hombre, Nafa, esperándote a tu puerta

Dile que entre, hoy no saldré, me duele el hombro

No salgas hoy ni mañana ni otro día,
ese hombre te espera con la muerte

En mi ciudad están ya todos muertos, saldré mañana

Nafa, no llores cuando te muerda en el cuello

Lloraré cuando me muerda en el cuello

Entonces huye, Nafa, con tu cuello

Yo no sé huir de la uña ni del diente

Nafa imbécil El hombre soy yo Aquí mi uña,
aquí mi diente, aquí mis cristales ¿No guardarás
tu cuello como al oro?

No

Prepárate Nafa Ahora Mira Tu cuello se desangra
en arterias verdes Mis uñas te destrozan Te hiero
como a un niño Te mueres, Nafa Ya te has

muerto.


* * *


nota: De estética transgresora y políticamente incorrecta, sus poemas aparecen destacados en la obra Escatófago (1968-1972); libro éste reeditado en 1992, con la ilustración de portada de Miquel Barceló, y en 2004. Fue incluido en la antología "Degeneración del 70. Poetas heterodoxos andaluces" (1978). Poeta cercano a la revista de poesía cordobesa "Antorcha de Paja". En sus poemas hay influencias de García Lorca, Blas de Otero o Miguel Hernández. En 1981 Merlo apareció muerto con una jeringuilla en el brazo tras la barra de su propio bar.

nota2: La primera vez que oí hablar de Fernando Merlo fue hace unos años en el ya conocido antro de Malasaña Bucowski club, donde tras escucharme recitar -no se por qué razón, o tal vez si- Gonzalo Torrente Malvido (ese viejo indecente y prolífico escritor, más indecente y menos prolífico que su padre, Ballester) comenzó a relatarme vida y milagros del poeta malagueño, y los esfuerzos que había supuesto reeditar tan controvertida obra, absolutamente desconocida hasta el 92, y que recientemente a visto la luz editorial por tercera vez. A Gonzalo, gracias, nos vemos en los bares; y a Fernando: hasta pronto, compañero.

2 comentarios:

  1. tras un tiempo sin pasear por este sucio jardin, encuentro en él una flor destallada y rabiosa en olores, de inmenso sabor al paladearla.
    gran siembra esta, Lautreamont.
    grande Malvido!!

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