literatura contemporánea, uno
Me emborraché una vez y se lo
conté a ella.
Cómo había vivido
en una choza de papel en Atlanta
renta semanal de un dólar veinticinco
sin luz
sin agua
sin sanitario
sin calefacción
sin nada en mis
bolsillos
ni siquiera un
centavo
helaba
sin amigos
mis padres a 3,000
millas de distancia
se negaban a
enviarme dinero
solamente
una carta de mi padre
de seis páginas
recordándome
mis fracasos
mi rechazo
a enfrentar
la realidad
de mi estupidez
de querer
ser un escritor
todos mis manuscritos
me eran devueltos
de las revistas
pesaba
198 libras y entonces
llegué a pesar 133
había un alambre
colgando sobre mi
cabeza
un alambre que alguna vez
albergó
una bombilla
alcancé aquel
alambre
sin saber si tenía vida
o no
agité mi mano
acercándola
más y
más
y después me detuve
vi algunos periódicos
en el suelo
no tenía papel
para escribir
y tiempo atrás había empeñado
mi máquina de escribir
noté que
cada página del
periódico tenía un ancho y blanco
margen en los
bordes
tenía un
trozo de lápiz
recogí el
periódico
y con el pedazo de lápiz
comencé a escribir
palabras
en los bordes
sentado en el umbral
congelándome a la luz de la luna
para poder
ver
escribí a lápiz
en todos los bordes
de todos los periódicos
en aquella choza.
*
me emborraché
una noche
y de nuevo le conté a ella
sobre la choza
ella dijo
“nunca antes había
escuchado esa historia.”
ella entonces subió
a su nuevo Fiat de diez mil dólares
que le regalé
en su cumpleaños
y condujo hasta
el supermercado de la esquina
para comprar nuestra
cena
de esa noche
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